Lugar en la terapéutica de los mucolíticos en la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
Br. Santiago Cabral, Dres. Mauricio Castro y Stefano Fabbiani.
La secreción de moco de las vías respiratorias constituye un mecanismo de defensa frente a microorganismos, partículas en suspensión en el aire inspirado y variaciones extremas de humedad y temperatura, en conjunto con el barrido ciliar. El mucus es producido y liberado a nivel de la capa submucosa por las glándulas mucosas y serosas y a nivel de la capa mucosa por las células caliciformes. Los principales constituyentes de esta secreción forman una mezcla compleja, compuesta en su mayor parte por agua (95%).
Cuando existe infección y muerte celular (esputo purulento), la viscosidad y consistencia de la secreción bronquial aumenta notablemen debido a la aparición de ADN en el moco como consecuencia del componente infeccioso, por lo tanto disminuye su barrido ciliar. Ante la presencia de patologías respiratorias crónicas (bronquitis crónica, asma y mucoviscidosis) la secreción es abundante y de mayor viscoelasticidad, lo que reduce la velocidad de depuración mucociliar(1-4).
Las causas de tos y expectoración son múltiples, entre las más frecuentes se destacan las infecciones de las vías respiratorias altas y bajas y las patologías respiratorias crónicas, entre ellas la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). También son causas habituales el tabaquismo, el asma, el goteo nasal posterior, el reflujo gastroesofágico y la existencia de anomalías vasculares.
La terapia de los estados hipersecretores de las vías respiratorias mediante los mucolíticos continúa siendo objeto de controversia y debate. Un fármaco mucolítico es aquel que modifica las características de las secreciones traqueobronquiales para que la expectoración sea más fácil, mientras que un fármaco expectorante induce la expulsión del esputo al estimular el reflejo de la tos o al aumentar el volumen acuoso del mismo(5). Teóricamente su uso está justificado en situaciones donde los procesos de secreción y transporte ciliar están alterados como en la EPOC o el asma, pero no está justificado en situaciones donde es posible expectorar espontáneamente las secreciones, como es el caso de las infecciones respiratorias o en las bronquitis reactivas a sustancias irritantes(5).
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